martes, 27 de marzo de 2012

HIMNO A LOS CONQUISTADORES

Raza de colosos, raza de titanes
raza de tremendos recios capitanes
que a la luz abrieron virgenes caminos;
siempre temerarios y siempre gentiles
que saben la herida de todos los sinos.

Alcurnia de intrépidos altos caballeros
de gigante temple, pródigos y austeros,
que, en dispar batalla con lo fabuloso,
de toda locura sublime capaces;
quemaron los barcos, a su espalda, audaces,
tras vencer el mito del mar tenebroso...

Raza soñadora, clásica y sencilla,
raza de mi raza, raza de Castilla,
madre de las madres que se desnutrió;
raza que afrontando torvos elementos,
lanzóse a la furia de todos los vientos,
¡y de furia y vientos un mundo arrancó!

Prosapia de férreos santos paladines,
que cruzó los mares y exploró confines,
que estrujando afectos y con una cruz,
ungieron lo intacto de un fervor fecundo,
y del Mundo Viejo a este Nuevo Mundo
trajeron del verbo la primera Luz...

Estirpe de hidalgos y de fundadores
de empresas heróicas y pueblos señores,
que dejando un dia la materna cuna,
rasgaron de América las hondas entrañas,
y un millón de tribus, fueron veinte Españas
Veinte Españas, génesis de tan solo una.

H. MARTÍN BARRO

Querida Marisol: te lo debía alguien me había dicho que te habían visto en una silla de ruedas; tiempo después me dijeron que creían que habías muerto.
Anque desde que se acabaron las charlas que yo organizaba en el Ayuntamiento no volvimos a vernos, pero para mí eras una persona querida con muchas vivencias vividas en aquella época.
Un día me diste llena de orgullo esta poesía que habia escrito tu padre. Se te veía la gran admiración y cariño que le profesabas.
¡Ojalá todos los hijos sientan ese sentimiento tan bonito que a ti te había inspirado el tuyo!
Marisol este recuerdo en esta noche en la que empieza la primavera, os llegue allá donde estais seguro que al lado de una bonita estrella, y lo siento en el fondo de mi alma, creo que me haceis un guiño y me sonreís