martes, 21 de octubre de 2008

DE LAS CIENCIAS ONÍRICAS

Dice el Talmud: Un sueño que no se interpreta es como una carta que no se lee.

Ya sabemos por el Antiguo Testamento que había personas especializadas en la interpretación de los sueños. Recordamos la historia de las vacas gordas y las vacas flacas, etc.

Dicen que después del sueño hay que ponerlo en pié enseguida pues si no se olvida completamente.

Yo he tenido experiencias de soñar antes lo que ha ocurrido después. Cosas que a mi misma me ha dejado perpleja y sin comprender. Hay quien dice que en el astral las cosas ya han ocurrido antes.

Mi hermana Maite que vive en Canadá no ha estado nunca en la muerte de nuestros padres y me comentaba hace unos días que había soñado con nuestro padre.

Estaba rodeado de una aureola y que se le veía muy feliz y sin embargo había como un bloque de hielo o de aire que no podía traspasarse.

Maite le preguntó por nuestra madre: -Y mamá ¿ está contigo?.

Nuestro padre dijo que aún no estaba con el.

Y Maite se quedó atónita. ¿como era posible que nuestra madre tan dulce y buena aunque había fallecido muchos años después no estaba aún en le cielo?.

La discusión entre hermanos era que el sueño era una tontería y yo que ya sabeis como soy yo opiné que podríamos decirle misas a nuestra madre, oraciones o alguna visita a un santuario para conseguir las indulgencias plenarias.

Pero el escribir esto es porque leyendo la Encíclica SPE SALVI de Benedicto XVI, este Papa que tiene una inteligencia extraordianaria aparte de su santidad, dice algo que corrobora lo que yo pienso que se puede hacer algo por nuestros queridos difuntos.

Y copio parte de su punto 48

Decir que esta encíclica: SALVADOS POR LA ESPERANZA, quiere lanzar al mundo la esperanza que debemos de tener los cristianos y es un consuelo.

El judaismo antiguo piensa también que se puede ayudar a los difuntos en su condición intermedia por medio de la oración (cf. 2 Mc 12,38-45, siglo I a. C.). Esto ha sido adoptada por los cristianos con mucha naturalidad y es común tanto en la Iglesia Oriental como en la Occidental

El Oriente no conoce un sufrimiento purificador y expiatorio de las almas en el mas allá, pero conoce ciertamente diversos grados de bienaventuranza, como también de padecinmiento en las condicion intermedia. Sin embargo se puede dar a las almas de los difuntos "consuelo y alivio"por medio de la Eucaristia, la oración y la limosna.

Que el amor puede llegar hasta el mas allá , que sea posible un recíproco dar y recibir , en el que estamos unidos unos con otros con vínculos de afecto mas allá del confín de la muerte, ha sido una convicción fundamental del cristianismo de todos los siglos y sigue siendo también hoy una experiencia consoladora. ¿Quien no siente la necesidad de hacer llegar a los seres queridos que ya se fueron un signo de bondad, de gratitud o también de petición de perdón ?. AQhora nos podríamos hacer una pregunta más: si el purgatorio es simplemente el ser purificado mediante el fuego en el encuentro con el Señor, Juez y Salvador, ¿como puede intervenir una tercera persona

por mas que sea cercana a la otra?. Los seres humanos estamos entrelazados entre si, en profunda comunión unos con otros. Nadie vive solo. Nadie se salva solo. nadie peca solo. En nuestra vida entra continuamente la de los otros y también nuestra vida entra en las de los demás, tanto en el bien como en el mal.

Con nuestros difuntos , nuestra gratitud para con ellos y nuestra nuestra oración puede servir para ayudar en su purificación.

Y con esto el tiempo terrenal no tiene nada que ver con el tiempo de Dios: en la comunión de las almas queda superado el simple tiempo terrenal. Nunca es demasiado tarde pata tocar el corazón de nuiestros hermanos y nunca es inútil. Así se ve mas la esperanza que debemos tener los cristianos. Por eso si nos preguntamos ¿como hacer para salvarme yo mismo?debemos de respondernos ¿que puedo hacer para que otros se salven y para que surjan también para ellos la estrella de la esperanza?. Si lo hacemos así habremos hecgo también por nuestra salvación personal

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